​                    De Lolol a Estados Unidos. De las manos esforzadas de una dueña de casa y artista del bordado al sillón de la cantante Beyoncé. Ese es el recorrido de los exclusivos cojines que esta decoradora de oficio impulsa en su empresa. Y todo porque un día se le ocurrió ayudar a Vichuquén, donde ella había pasado su niñez. Se dio cuenta que había poco que hacer por esos lugares y junto a unas amigas comenzó a hacer talleres de bordado y a vender los cojines que salían, como ayuda social netamente. Pero el éxito fue explosivo y la voz se corrió. Muchas otras mujeres quisieron participar de sus talleres y hacerse dinero para su casa. Hoy llegan a Estados Unidos y Europa. Verónica aprendió a bordar en su colegio de chica, las monjas Inglesas, y confiesa que lleva en la sangre el amor por el arte y la decoración –y era que no- ya que es hija de Josefina Martínez de Mekis, connotada decoradora con la que trabajó por 15 años. Esta emprendedora hoy se siente feliz y comprometida con un negocio que da trabajo hace 8 años a cerca de 210 mujeres “mis artistas” como las llama cariñosamente, de diversas regiones de la sexta y séptima región y que ha involucrado a sus hijos Maria Ignacia (36), Felipe (32) y Dominga (28) quienes son sus partner a la hora de seguir adelante.